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FRASES Y REFLEXIONES, LAS MEJORES FRASES ... BIENVENIDOS.

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martes, 17 de diciembre de 2013

DAR Y PERDER LA VIDA

Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un hospital de Stanford, conocí a una niñita llamada Liz, que sufría de una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien había sobrevivido a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla. El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó si estaría dispuesto a darle su sangre. Yo lo vi dudar por un momento antes de tomar una gran suspiro y decir: "Sí, lo haré si eso salva a Liz". Mientras la transfusión se hacía, él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana, muy sonriente, mientras nosotros los asistíamos y veíamos regresar el color a las mejillas de la niña. De pronto el pequeño se puso pálido y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: "¿A qué hora empezaré a morir?" No había comprendido al doctor: pensaba que tendría que darle toda su sangre a su hermana. Y aun así había aceptado. ¿Qué harías por un ser amado? ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para dar alivio a alguien que quieres? ¿Has pensado en la posibilidad de que una parte de tu cuerpo sirva a otro cuando mueras?

domingo, 13 de octubre de 2013

COMO EL LAPIZ

El niñito miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le pregunto:
- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:
- Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:
- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?
El abuelo le respondió:
- Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.
Primera cualidad:
Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano la llamamos DIOS, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.
Segunda cualidad:
De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
Tercera cualidad:
El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta cualidad:
Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Quinta cualidad:
Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.


viernes, 26 de julio de 2013

¿ZANAHORIA, HUEVO O CAFÉ?




La hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de como las cosas le resultaban tan difíciles.

No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida.

Estaba cansada de luchar.

Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo.

Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte.

Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.

En una de las ollas colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.

Las dejó hervir sin decir palabra.

Su hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego.

Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón.

Sacó los huevos y los colocó en otro plato.

Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su hija le dijo: “Querida hija, ¿qué ves?”

-”Zanahorias, huevos y café”, fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias.

Ella lo hizo y notó que estaban blandas.

Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera.

Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.

Luego le pidió que probara el café.

Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Humildemente la hija preguntó: -”¿Qué significa esto, padre?”

El entonces le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: el agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte y dura, pero después de pasar por el agua hirviendo, se había vuelto débil y fácil de deshacer.

El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.

Los granos de café sin embargo, eran únicos; después de estar en el agua hirviendo, habían cambiado al agua.

- “¿Cuál eres tú?”, le preguntó a su hija.

- “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?

¿Eres una zanahoria que parece fuerte, pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?

¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable?.

¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido?

Por fuera te ves igual, pero… ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?.

¿o eres como un grano de café?

El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.

Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor
mejoren.

Y tú, ¿cuál de los tres eres?”

viernes, 14 de junio de 2013

EL GUSANITO

Un gusanito iba caminando en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un duendecillo.

—¿Hacia dónde te diriges? —le preguntó.

Sin dejar de caminar, el gusanito contestó:

—Tuve un sueño anoche: soñé que desde la cima de la gran montaña veía todo el valle. Me gustó lo que vi en el sueño, y he decidido realizarlo.

El duendecillo dijo, mientras lo veía alejarse:

—¡Debes estar loco! ¿Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? ¡Tú, una simple oruga! Para alguien tan pequeño como tú, una piedra será una montaña; un pequeño charco, el mar, y cualquier tronco, una barrera infranqueable.

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. De pronto se oyó la voz de un escarabajo: —Amigo, ¿hacia dónde te diriges con tanto empeño?

El gusanito, jadeante, contestó:

—Tuve un sueño y deseo realizarlo: subiré esa montaña y desde ahí contemplaré todo el mundo.

El escarabajo soltó una carcajada y dijo:

—Ni yo, con estas patas tan grandes, intentaría una empresa así de ambiciosa —y se quedó riéndose, mientras la oruga continuaba su camino.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo desistir

—¡No lo lograrás jamás! —le dijeron.

Pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. Agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió detenerse para construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar.

—Estaré mejor aquí —fue lo último que dijo, y murió. Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del valle: había construido como tumba un monumento a la insensatez. Ese duro refugio era digno de quien había muerto por querer realizar un sueño imposible.

Una mañana en la que el sol brillaba de manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos. La concha comenzó a quebrarse y aparecieron unos ojos y una antena que no podían pertenecer a la oruga muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una espléndida mariposa.

No había nada que decir, pues todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría su sueño. El sueño por el que había vivido, había muerto y había vuelto a vivir.

¿Hemos cumplido nuestros sueños?
¿Alguien te desanimo cuando intentabas alcanzar tus metas?


domingo, 2 de junio de 2013

EL SEXO

EL SEXO 


Éste es el mundo en el que vivimos. Y robar el presente de su realidad es peligroso. Pero la desobediencia puede ser una virtud cuando sabemos usarla.
Si los cuerpos simplemente se unen, no hay sexo, sólo placer. El sexo va mucho más allá del placer.
En él caminan juntos la relajación y la tensión, el dolor y la alegría, la timidez y el coraje de ir más allá de los límites.
¿Cómo poner en sintonía tantos estados opuestos? Sólo hay una manera: a través de la entrega.
Porque el acto de la entrega significa: «Yo confío en ti.»
No basta imaginar todo lo que podría suceder si nos permitiésemos unir sólo nuestros cuerpos. También debemos unir nuestras almas.
Sumerjámonos juntos, por tanto, en el peligroso camino de la entrega. Aunque sea peligroso, se trata del único que debemos recorrer.
Y aunque eso provoque grandes transformaciones en nuestro mundo, no tenemos nada que perder, porque ganamos el amor total, abrimos la puerta que une el cuerpo al espíritu.
Olvidemos lo que nos enseñaron: que es noble dar y humillante recibir.
Porque, para la mayoría de las personas, la generosidad consiste sólo en dar. Pero recibir es también un acto de amor. Permitir que el otro nos haga feliz también lo hará feliz a él.
En el acto sexual, cuando somos excesivamente generosos y nuestra mayor preocupación es la pareja, nuestro placer también puede disminuir, o desaparecer.
Cuando somos capaces de dar y de recibir con la misma intensidad, el cuerpo se pone tenso como la cuerda de un arco, pero la mente se relaja, como la flecha que se prepara para que el arquero la dispare. El cerebro ya no maneja el proceso; el instinto es el único guía.
Cuerpo y alma se encuentran, y la Energía Divina se esparce. No sólo en aquellas zonas que muchos consideran eróticas. Cada pelo, cada trozo de piel emanan una luz de un color diferente, lo que provoca que dos ríos se transformen en uno solo más poderoso y más bello.
Todo lo que es espiritual se manifiesta de forma visible, todo lo que es visible se transforma en energía espiritual.
Todo está permitido, si todo se acepta.
El Amor, a veces, se cansa de hablar sólo un lenguaje suave. Pues dejemos que se manifieste en todo su esplendor, que arda como el sol y destruya bosques con su viento.
Si un miembro de la pareja se entrega totalmente, el otro hará lo mismo, ya que la vergüenza se acabará transformando en curiosidad. Y la curiosidad nos lleva a explorar todo aquello que no conocíamos en nosotros mismos.
Procurad ver el sexo como una ofrenda. Un ritual de transformación. Como en todo ritual, el éxtasis está presente y glorifica el final, pero no es el único objetivo. Lo más importante es recorrer con nuestro compañero la carretera que nos ha llevado a un territorio desconocido, donde encontramos oro, incienso y mirra.
Dad a lo sagrado el sentido de lo sagrado. Y en caso de que surjan momentos de duda, siempre es necesario recordar: no estamos solos en estos momentos, ambas partes sienten lo mismo.
MANUSCRITO ENCONTRADO EN ACCRA 



sábado, 18 de mayo de 2013

LA FELICIDAD ESCONDIDA

LA FELICIDAD ESCONDIDA






















Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura. uno de ellos dijo:

-Debemos quitarles algo a los seres humanos, pero ¿que?

Despes de mucho pensar, uno dijo:

-¡Ya sé! Vamos a quitarles la felicidad. El problema es donde esconderla para que no puedan encontrarla.

Propuso el primero:

- Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.

-no, recuerda que tienen fuerza; alguno podría subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está- replicó otro.

Se escuchó una nueva propuesta:

-entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.

Otro señaló:

-No , no olvides que son curiosos, alguno podría construir un aparato para bajar, y entonces la encontrarán.

-Escondámosla en un planeta bien lejano de la tierra- propuso otro.

-No- le dijeron. recuerda que les dieron inteligencia, y un día alguno va a construir una nave para viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad.

El duende más veterano, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas, dijo:

-Creo saber dónde ponerla para que nunca la encuentren.

todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:

-¿Dónde?

- La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola afuera que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde ese entonces ha sido así:

"EL HOMBRE SE PASA LA VIDA BUSCANDO LA FELICIDAD SIN SABER QUE LA LLEVA CONSIGO"
extraída del libro la culpa es de la vaca

jueves, 16 de mayo de 2013

LA FELICIDAD ES EL CAMINO

LA FELICIDAD ES EL CAMINO 



Nos convencemos de que la vida será mejor después de cumplir los 18 años, después de casarnos, después de conseguir un mejor empleo, después de tener un hijo, después de tener otro...

Entonces nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que nos sentiremos felices cuando lo sean. Después nos lamentamos porque son adolescentes difíciles de tratar; ciertamente, nos sentiremos más felices cuando salgan de esa etapa.

Nos decimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro(a) esposo(a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor carro o una mejor casa, cuando podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados.

La verdad es que no hay mejor momento que este para ser felices. Si no es ahora, ¿cuándo?

Una de nuestras frases favoritas es de Alfred de Souza:

Por largo tiempo parecía para mí que la vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar; entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida.

Esta perspectiva nos ha ayudado a ver que no hay camino a la felicidad: la felicidad es el camino. Debemos atesorar cada momento, mucho más cuando lo compartimos con alguien especial, y recordar que el tiempo no espera a nadie.

No espere hasta terminar la escuela, hasta volver a la escuela, hasta bajar diez libras, hasta tener hijos, hasta que los hijos vayan a la escuela, hasta que se case, hasta que se divorcie, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que muera, para aprender que no hay mejor momento que este para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino.

viernes, 10 de mayo de 2013

LAS METAS

LAS METAS


Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanzar altura con un solo vuelo. Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.

Nadie recoge cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra. Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se meten en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar muchas veces.

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas. Nadie hace obras sin martillas sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo. Nadie llega a la otra orilla sin haber hecho puentes para cruzar. Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de la vida.

Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad. Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible. Nadie conoce la oportunidad hasta que esta pasa por un lado y deja ir. Nadie encuentra el pozo del placer hasta caminar por la sed del desierto.

Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad del don, el crecimiento de la voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de sí mismo. Nadie deja de arder con fuego dentro sin antes saber lo que es el calor de la amistad. Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.

Si sacas todo lo que tienes y confías en ti, esfuérzate, ¡porqu
e lo vas a lograr!

Lección: Cada persona debe hacer su mejor esfuerzo para conseguir sus propias metas.

Tomado del libro "La culpa es de la vaca"

sábado, 27 de abril de 2013

TANTO PARA APRENDER

Aprendí que la mayoría de las cosas por las que me preocupo, nunca suceden.

Aprendí que cada logro, alguna vez fue considerado imposible.

Aprendí que nada de valor se obtiene sin esfuerzo.

Aprendí que la expectativa, es con frecuencia mejor que el suceso en sí.

Aprendí que aún cuando tengo molestias, no necesito ser una molestia.

Aprendí que nunca hay que dormirse, sin resolver una discusión pendiente.

Aprendí que no debemos mirar atrás, excepto para aprender.

Aprendí que cuando alguien aclara que se trata de principios y no de dinero, por lo general se trata de dinero.

Aprendí que hay que luchar por las cosas en las que creemos.

Aprendí que las personas son tan felices como deciden serlo.

Aprendí que la mejor y más rápida manera de apreciar a otras personas, es tratar de hacer su trabajo.

Aprendí que los días pueden ser largos, pero la vida es corta.

Aprendí que si tu vida está libre de fracasos, es porque no has arriesgado lo suficiente.

Aprendí que es bueno estar satisfecho con lo que tenemos, pero nunca con lo que somos.

Aprendí que podemos ganar un centavo en forma deshonesta, pero que más tarde este nos costará una fortuna.

Aprendí que debo ganar dinero, antes de gastarlo.

Aprendí que debemos apreciar a nuestros hijos por lo que son y no por lo que deseamos que sean.

Aprendí que el odio es como el ácido: destruye el recipiente que lo contiene.

Aprendí que planear una venganza, sólo permite que las personas que nos hirieron lo hagan por más tiempo.

Aprendí que las personas tienen tanta prisa por lograr "buena vida", que con frecuencia la vida pasa a su lado y no la ven.

Aprendí a no dejar de mirar hacia el futuro; que todavía hay muchos buenos libros para leer, puestas de sol que ver, amigos que visitar, gente a quien amar y viejos perros con quienes pasear.

Aprendí que todavía tengo mucho que aprender.

Tomado del libro "La culpa es de la vaca"


sábado, 16 de febrero de 2013

LA ANSIEDAD

No hay nada de malo en la ansiedad.
Aunque no podamos controlar el tiempo de Dios, forma parte de la condición humana que deseemos recibir lo más rápido posible aquello que esperamos.
O alejar inmediatamente aquello que nos causa pavor.
Eso sucede desde nuestra infancia hasta el momento en el que la vida comienza a dejarnos indiferentes. Porque, mientras estemos intensamente conectados con el momento presente, estaremos siempre esperando con ansiedad a alguien o algo.
¿Cómo decirle a un corazón apasionado que esté tranquilo, que contemple los milagros de la Creación en silencio, que se libere de las tensiones, de los miedos y de las preguntas sin respuesta?
La ansiedad forma parte del amor, y no hay que culparla por ello.
¿Cómo decirle a alguien que ha invertido su vida y sus bienes en un sueño, y no obtiene resultados, que no se preocupe? Aunque el agricultor no puede acelerar el
paso de las estaciones para recoger el fruto de lo que ha plantado, espera impaciente la llegada del otoño y de la cosecha.
¿Cómo pedirle a un guerrero que no esté ansioso antes de un combate?
Se ha entrenado hasta el agotamiento para ese momento, ha dado lo mejor de sí mismo, cree estar preparado, pero teme que los resultados no sean los que espera.
Por tanto, la ansiedad nace con el hombre. Y, como nunca vamos a poder dominarla, hemos de aprender a convivir con ella del mismo modo que el hombre ha aprendido a convivir con las tempestades.
Sin embargo, para aquellos que no consigan aprender a convivir con ella, la vida está destinada a ser una pesadilla.
Lo que deberían agradecer —cada una de las horas que forman un día— se convierte en una maldición. Quieren que el tiempo pase más rápido, sin darse cuenta de que eso también los conduce más rápido al encuentro de la Dama de la Guadaña.
Y lo que es peor: para intentar alejar la ansiedad, hacen cosas que los ponen más nerviosos todavía.
Una madre, mientras espera que su hijo regrese a casa, empieza a imaginar lo peor.
«Mi amada es mía y yo soy suyo. Cuando se fue, la busqué por las calles de la ciudad y no la encontré.» Y por cada esquina por la que paso, y por cada persona a la que le pregunto y no obtengo noticias, dejo que la ansiedad normal del amor se transforme en desesperación.
El trabajador, mientras aguarda el fruto de su trabajo, procura ocuparse con otras tareas, y cada una de ellas le supondrá más momentos de espera. Poco tiempo después, la ansiedad de uno se convirtió en la ansiedad de muchos, y ya no es capaz de mirar al cielo, ni a las estrellas, ni a los niños que juegan en la calle.
Y la madre, el amado y el trabajador dejan de vivir sus vidas y sólo esperan lo peor, hacen caso de los rumores, se quejan de que el día no se acaba nunca. Se vuelven agresivos con los amigos, con la familia, con los empleados. Se alimentan mal, comen mucho o no pueden ingerir nada. Y, por la noche, ponen la cabeza sobre la almohada, pero no pueden dormir.
Es entonces cuando la ansiedad teje un velo, y ya no son los ojos del cuerpo, sino los del alma, los que ven.
Y los ojos del alma están turbios porque no descansan.
En ese momento, se instala en nosotros uno de los peores enemigos del ser humano: la obsesión.
La obsesión llega y dice:
«Tu destino a partir de ahora me pertenece. Haré que busques cosas que no existen.
»Tu alegría de vivir también me pertenece. Porque tu corazón ya no tendrá paz, porque estoy expulsando el entusiasmo y ocupando su lugar.
»Dejaré que el miedo se esparza por el mundo y estarás siempre aterrado, sin saber por qué. No necesitas saberlo: tienes que estar aterrado, y así alimentar cada vez más el miedo.
»Tu trabajo, que antes era una Ofrenda, ahora es mío. Los demás dirán que eres un ejemplo porque te esfuerzas más allá de tus límites, y les sonreirás y agradecerás el cumplido.
»Pero en tu corazón yo diré que tu trabajo ahora es mío y eso hará que te alejes de todo y de todos: de tus amigos, de tu hijo, de ti mismo.
»Trabaja más para conseguir no pensar. Trabaja más de la cuenta para dejar de vivir totalmente.
»Tu Amor, que antes era la manifestación de la Energía Divina, también me pertenece. Y esa persona a la que amas no podrá alejarse ni un momento siquiera, porque yo estoy en su alma y le digo: “Cuidado, puede que se marche y no vuelva.”
»Tu hijo, que antes debía seguir su propio camino en el mundo, ahora va a ser mío. Así, haré que lo rodees de atenciones innecesarias, que acabes con su gusto por la aventura y por el riesgo, que lo hagas sufrir cada vez que te desagrade y se sienta culpable por no haberse comportado tal y como esperabas de él.»
Por tanto, aunque la ansiedad forme parte de la vida, no dejes nunca que sea ella la que controle tus movimientos.
Si se acerca demasiado, dile: «No me preocupa el día de mañana, porque Dios ya está allí, esperándome.»
Si intenta convencerte de que ocuparse de muchas cosas es disfrutar de una vida productiva, di: «Necesito ver las estrellas para inspirarme y poder hacer bien mi trabajo.»
Si te amenaza con el fantasma del hambre, di: «No sólo de pan vive el hombre,
sino también de la palabra que viene del Cielo.»
Si te dice que tu amor tal vez no regrese, di: «Mi amada es mía, y yo soy suyo. En este momento, está apacentando los rebaños entre los ríos, y puedo escuchar su canto, incluso en la distancia. Cuando vuelva, estará cansada y feliz. Y yo le daré de comer y velaré su sueño.»
Si te dice que tu hijo, al que has dedicado todo tu amor, no te corresponde, contesta: «El exceso de cuidado destruye el alma y el corazón, porque vivir es un acto de coraje. Y un acto de coraje es siempre un acto de amor.»
De ese modo, mantendrás la ansiedad a distancia.
Ella no va a desaparecer nunca. Pero la verdadera sabiduría de la vida es entender que podemos ser señores de aquellas cosas que pretendían esclavizarnos.

Manuscrito Encontrado en Accra

viernes, 15 de febrero de 2013

REFLEXIÓN


AL MORIR UN HOMBRE HIZO 3 PEDIDOS:





1) Que su ataúd fuese cargado por los mejores médicos de la época.
2) Que los tesoros que tenia, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.
3) Que sus manos quedaran en el aire fuera del ataúd a la vista de todos.

Alguien asombrado le pregunto cuales eran sus razones?
El explico:
1) Quiero que los mas eminentes medicos carguen mi ataud, para demostrar que ellos NO tienen ante la muerte el poder de curar. 2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aqui conquistados, aqui se quedan.
3) Quiero que mis manos queden descubiertas fuera del ataud, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacias, y con las manos vacias partimos, al morir nada material te llevas...

"EL TIEMPO" es el tesoro mas valioso que tenemos, podemos producir mas dinero, pero no mas tiempo...!

EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es TU TIEMPO

lunes, 4 de febrero de 2013

El trabajo



El trabajo es la manifestación del Amor que une a los seres humanos. Por medio de él, descubrimos que no somos capaces de vivir sin el otro y que el otro también necesita de nosotros.
Hay dos tipos de trabajo.
El primero es el que la gente hace sólo por deber y para ganarse el pan de cada día. En ese caso, las personas sólo venden su tiempo, sin entender que jamás podrán volver a comprarlo.
Se pasan la vida entera soñando con el día en que podrán por fin descansar. Cuando ese día llega, ya están demasiado viejos para disfrutar de todo lo que la vida les puede ofrecer.
Esas personas jamás asumen la responsabilidad de sus actos. Dicen: «No tengo elección.»
Pero está el segundo tipo de trabajo.
Aquel que la gente también acepta para ganarse el pan de cada día, pero en el que procuran ocupar cada minuto con dedicación y amor a los demás.
A ese segundo trabajo lo llamamos Ofrenda. Porque puede haber dos personas que cocinan la misma comida y usan exactamente los mismos ingredientes; pero una de ellas puso Amor en lo que hacía, mientras que la otra sólo intentaba alimentarse. El resultado será completamente diferente, aunque el amor no se pueda ver ni pesar en una balanza.
La persona que hace la Ofrenda siempre recibe una recompensa. Cuanto más comparte su afecto, más se multiplica su afecto.

traductor